Por Paula Paín
Hoy nos trasladamos a Riaño, un pueblito que el pasado año registraba 463 habitantes. Es, sin duda, un micro paraíso situado al noreste de León, casi como prolongación de Asturias por estar conectadas ambas provincias gracias al Desfiladero de los Beyos. Este recorrido fluvial de 12 km de largo, por donde fluye el río Sella, resulta ser una verdadera delicia en autocaravana, pese a su carretera estrecha y curvas infinitas. El paisaje montañoso compensa todo.
Pasamos Riaño hasta llegar al puente que sobrepasaba el embalse, boquiabiertos por el paisaje que se abría ante nosotros. Nuestra intención no era visitar Riaño, ni siquiera lo conocíamos, pero esa postal merecía una parada.
Qué ver en Riaño
En la misma carretera que describo, a la altura de una isla que se forma naturalmente en el pantano, hay una pequeña explanada de tierra que hace las veces de parking. Se puede aparcar el vehículo ahí para visitar tanto el hórreo como la Ermita románica de Nuestra Señora del Rosario.
La fachada, trasladada piedra a piedra a la ubicación actual la hace todavía más especial. Dentro se encuentran algunas pinturas góticas, fotografías antiguas de los alrededores del pueblo y figuras religiosas talladas. ¡Toda una reliquia!.
Subiendo una calle que da al imponente embalse, nos encontramos con el centro del pueblo, aunque no podemos denominarle estrictamente “casco histórico”, puesto que las casas y edificios aparentan ser relativamente modernos, como si el municipio hubiese sido creado a partir del pantano. Y es que el pueblo, el viejo Riaño, se encuentra bajo las aguas del embalse, que sería construido en el año 1987 dando paso al nuevo Riaño.
En el centro, se encuentra una plaza donde coinciden el ayuntamiento, la Iglesia de Santa Águeda, el museo etnográfico y otro hórreo junto a un antiguo chozo de pastores. Como veréis en la imagen siguiente, en el lateral de la parroquia del pueblo, hay una zona de estacionamiento para vehículos, para los que quieran disfrutar de las vistas de Riaño desde más arriba.
Otras visitas recomendadas en el pueblo son las campanas de los pueblos, la Bolera, el corro de lucha leonesa, el chozo de pastores y el campanil del Concejo.
Qué hacer en Riaño
Como no podía ser de otra forma, tal extensión de agua da para mucho, desde visitar el pequeño puerto hasta alquilar un kayak y practicar piragüismo en el embalse de Riaño. Nosotros no vivimos esa experiencia en primera persona, pese al magnífico día que nos hizo, pero pudimos contemplar algunas familias y parejas disfrutando sobre sus canoas.
Si no sois tan aventureros, o el tiempo no acompaña, siempre podéis subir las calles del pueblo y dejaros asombrar por cada recodo que se abre entre un edificio y otro. Son cuestas no muy empinadas, pero al rato se empieza a notar el ejercicio. ¡Genial para fortalecer esas piernas!
Por detrás de la plaza hay una calle, que bien recuerda a una estación de esquí, donde hay varios bares y restaurantes. Merece la pena hacer parada en alguno de ellos y disfrutar de un revuelto de morcilla con huevos, croquetas de jamón caseras o escalopines con queso. Nosotros degustamos estos platos en el restaurante El Mesón, un sitio muy recomendable por su relación calidad precio.
Dónde pernoctar en Riaño
Riaño es esto y todo lo que quieras hacer de él. Hay que ir a conocerlo y descubrir cada rincón de este paraíso leonés.
- Área de parking de Riaño, 5 plazas
- Área AC en Maraña, Albergue de Maraña
- Apartamentos Pico Llerenes
- Apartamentos Los Casares
- Camping Riaño
- Casa Rural La Huerta
- Casa Rural Riaño
- Hostal Sainz