Hoy te descubrimos uno de los paisajes más alucinantes de los Picos de Europa. Se trata del Desfiladero de Los Beyos, un cañón fluvial de 12 km por el que pasa el Río Sella.
Este río, no muy largo (66 km), desemboca en el municipio asturiano de Ribadesella y encuentra su origen en la Fuente del Infierno, en Oseja de Sajambre.
Recorriendo la Ruta del Cares
Pues bien, el desfiladero por el que discurre el Sella es un paraje digno de visitar. Nosotros lo hicimos en autocaravana por la carretera que deja atrás Cangas de Onís.
Especialmente interesante de esta ruta es el hecho de cruzar comunidades. A medio camino, un puente con vistas a las altas montañas anunciaba nuestra llegada a la Comunidad de Castilla y León.
Ese mismo día, teníamos la intención de recorrer la Ruta del Cares, que comienza en Caín y termina en Poncebos. Al proseguir por el desfiladero dimos con el embalse de Riaño, un municipio al que ya dedicamos un artículo que puedes leer aquí. ¡Te recomiendo que le eches un vistazo!
El caso es que la ruta del Cares es un sendero de Pequeño Recorrido (24 km aproximadamente ida y vuelta, si se llega hasta el final).
Te adentra en la Garganta Divina: un estrecho paseo abierto en la roca caliza que ofrece al caminante una vista de vértigo por los precipicios del desfiladero.
En este mapa, puedes ver que si descendemos hacia el sur de Caín, se llega a Posada de Valdeón.
Posee una población de 415 habitantes y desde al ayuntamiento habilitaron un área para autocaravanas. Su precio es de 10€ y se encuentra en Calle Rabanal, s/n, en pleno corazón del pueblo.
Tras comer en Riaño, recorrimos del Desfiladero de los Beyos a la inversa. Entonces vimos algunas explanadas con coches aparcados a los laterales de la carretera y gente que bajaba hasta la orilla del Río Sella.
Estacionamos al principio de un sendero de tierra que bordeaba desde cierta altura el Sella y decidimos caminar a pie un rato. Era por la tarde y algunas zonas ya estaban en sombra, pero las montañas del fondo seguían brillando por el sol.
Intuimos que ese sendero que marcaban las vallas de madera podía llegar hasta Riaño o algún pueblecito más cercano. Pero el calor de aquel día y ver a algunas parejas darse un chapuzón con sus perros en el río, hizo que buscáramos una bajada asequible desde el sendero.
En este momento, y en otros muchos a lo largo del viaje, eché de menos los escarpines…
Con esta estampa me despedí de un día de ruta. El Sella al atardecer da una paz indescriptible. ¡Es otra experiencia que os recomiendo encarecidamente! ¡Pero… llévate escarpines!
Espinaredo: el reino de los hórreos asturianos
Hoy cogemos el coche para perdernos por las montañas asturianas. Antes hacemos una parada en Espinaredo o Espinaréu, como se conoce en Asturias esta parroquia rural de 170 habitantes.
Lo interesante de este micropueblo es su carácter de parroquia. Un conjunto de 18 villas alejadas de la ciudad más cercana, Infiesto. Sus menos de 200 habitantes dedican sus labores al campo y a la agricultura.
Qué ver en Espinaredo
La naturaleza casi mágica de este municipio no termina ahí. Espinaréu concentra el mayor número de hórreos de todo el Principado de Asturias. Concretamente, sobre sus calles reposan más de treinta hórreos y seis paneras.
La diferencia entre ambas construcciones reside básicamente en el tamaño, siendo las paneras más grandes que los hórreos. Ambos utilizados para el almacén de trigo desde su construcción en los siglos s.XVII y s. XVIII.
Pasear por sus calles es remontarse a otra época. Posiblemente cuando el asfalto era tierra y los enormes hórreos que decoran cada esquina del pueblo padecían el trajín de los agricultores. Hoy son, en su mayoría, parejas mayores que ven la vida pasar a través de sus terrazas.
Espinaredo todavía conserva caminos de tierra sin asfaltar. La peculiaridad de sus curvas, confiere al visitante una nueva perspectiva en cada recodo del pueblo.
Las casitas o villas no son menos espectaculares: se nota el mimo con el que las cuidan sus dueños, coloreando sus fachadas e inundando de flores sus balcones.
A orillas del Río del Infierno, se alza la iglesia parroquial de Santa María de las Nieves (al fondo de la imagen). Un edificio del siglo XVIII con planta de cruz latina reformado entre el XIX y XX.
Las vistas desde el puente son espectaculares, como lo son las imponentes montañas que se alzan tras Espinaredo y que serán nuestra próxima parada.
Dónde comer en Espinaredo
Puedes degustar comida casera asturiana en el mismo pueblo: en el Mesón Vizcares y el Restaurante Rincón de Espinaredo, ambos con muy crítica.
A 8 minutos en coche en dirección a Infiesto, encontraréis también el Restaurante El Horru. También puedes hacerte con unas ricas empanadas en la confitería El Forno en Infiesto, en Plaza Mayor.
Dónde dormir en Espinaredo
La zona de pernocta más cercana para autocaravanas es el Área de Piloña, situada en Infiesto en la Calle Xudes, s/n. Es gratuito.
Y aprovechando la parada en Infiesto, recomiendo la visita al concurrido santuario de la Virgen de la Cueva. En agosto, hay muchos visitantes, en parte también por las fiestas populares del Asturcón.
Otras opciones de casas rurales son las siguientes:
- Casa Delia
- Casa Espinaréu
- La Casuca de Espinadero
La Pesanca: un entorno ídilico en el seno de Asturias
La Pesanca, es un entorno natural privilegiado situado en el concejo de Piloña, perteneciente a la localidad de Infiesto.
Pese a encontrarse en un enclave privilegiado y repleto de vegetación, su acceso por carretera es sencillo. Basta con atravesar Espinaredo, partiendo de Infiesto, y seguir hacia adelante, por un camino curvilíneo a orillas del Río del Infierno.
El área recreativa tiene una explanada para estacionar el vehículo, con una construcción de madera al principio con dos grandes contenedores.
Más arriba, una llanura de césped es decorada por bancos y mesas de piedra, algunas con barbacoa incluida.
La Pesanca está muy bien equipada para pasar un día entero si compramos comida y queremos relajarnos en medio de la naturaleza. Pero lo más interesante de esta área son los recorridos a pie que pueden hacerse desde allí.
Realmente, una vez que llegas al parking no hay más carreteras asfaltadas desde donde proseguir el camino por carretera. Desde La Pesanca parte un camino de tierra de hasta 14 km aproximadamente.
Es un recorrido lineal, con pocos desniveles, que pasa por las Foces del Río Infierno hasta Foz de Moñacos. Nosotros no llegamos hasta al final: hicimos varias paradas y nos bañamos en las gélidas aguas del río.
Poner un pie se convierte es una experiencia infernal, pero las pozas que se forman naturalmente son espectaculares.