By Ana Marcos, blogger de Vanwoow (@ana.beyondtheunknow_)
Los amantes de la naturaleza, la historia y el patrimonio no podemos dejar de visitar la zona de Sobrepuerto. Una pequeña región cargada de personalidad y significado que ha permanecido en el olvido y abandono durante décadas, como reflejo de una sociedad y estilo de vida hace tiempo extintos, pero de los que hay mucho que aprender.
Este territorio va haciéndose hueco poco a poco en el mundo de nuevo, debido tanto a familiares de sus antiguos pobladores que restauran edificaciones y zonas comunes, como a caras nuevas que buscan disfrutar de todo lo que este territorio puede ofrecer.
Canciones para acompañar nuestro viaje al Sobrarbe
La visita se puede acompañar de música folclórica aragonesa gracias a grupos como ‘La Ronda de Boltaña’, cuyas letras están muy arraigadas en la comarca del Sobrarbe, a la que pertenece Sobrepuerto, con menciones a diversos pueblos de la zona y su realidad. A nivel personal, recomiendo ‘La casa caída’, una canción que refleja los intensos sentimientos que puede provocar el abandono rural acompañados de un matiz de lucha contra el olvido.
Sobrepuerto, despoblamiento rural en Huesca
Sobrepuerto se ubica al sur de los Pirineos, e incluye una agrupación de nueve pueblos deshabitados que tradicionalmente funcionaban como una red interdependiente: Ainielle, Ayerbe de Broto, Basarán, Bergua, Cillas, Cortillas, Escartín, Otal y Sasa de Sobrepuerto. Únicamente Bergua ha recuperado cierta vida en los últimos años, lo que ha supuesto la restauración de muchas de sus edificaciones.
Tradicionalmente, los pobladores de estos núcleos vivían fuertemente relacionados entre sí, en parte gracias a la cercana distancia de un pueblo a otro que no supera los 3 km en línea recta, lo que permitía desplazamientos frecuentes por caminos de herradura para todo tipo de actividades e intercambios necesarios para su subsistencia.
La zona está delimitada por las carreteras que unen los núcleos urbanos de Biescas, Sabiñánigo, Fiscal y Broto, en la franja conocido como Pre-Pirineo, con el telón de fondo de las altas montañas que sirven de frontera natural con Francia. El territorio presenta una orografía diversa que alterna montes que superan los 2.000 metros de altitud con profundos valles y cañones de ríos hasta 1.000 metros por debajo de estas cimas.
Esto la hace ideal para visitar entre los meses de septiembre y junio, evitando el calor estival a la vez que se aprovechan las agradables temperaturas del otoño y la primavera. Las múltiples actividades que se pueden realizar en la zona van desde el senderismo hasta la bici de montaña. Para disfrutar los paisajes nevados del invierno el terreno es ideal para el esquí libre o la travesía. En verano, el calor se puede combatir gracias al agua fresca y cristalina de los cañones y ríos que surcan el territorio.
Qué ver en Sobrepuerto:
Uno de los principales focos de interés de la región es su naturaleza, que gracias a la escasa presencia y modificación humana en las últimas décadas mantiene un alto valor natural intacto.
También llaman la atención ciertas intervenciones de antropización del terreno, como los bancales de Escartín y Otal, a través de los cuales la población generaba en zonas escarpadas un terreno horizontal sobre el que cultivar y cuidar de sus animales para su subsistencia.
Cualquiera de los nueve pueblos es un destino recomendable para observar el efecto del paso del tiempo en las construcciones y sus alrededores, viendo cómo la huella humana se va diseminando y fundiéndose con el entorno. En contrapunto, también se pueden observar intervenciones de rehabilitación y restauración que abren la puerta a la posible recuperación de la zona. Por otro lado, para los amantes de la lectura puede generar curiosidad el pueblo de Ainielle, en el que se desarrolla un fragmento de la vida del protagonista del libro ‘La Lluvia Amarilla’ de Julio Llamazares.
Patrimonio en Sobrepuerto
La visita a los núcleos rurales permite contemplar la arquitectura rural de la zona, basada en los materiales de que disponían los habitantes a su alrededor: piedra, madera, buro (un tipo de barro) y cal. Algunas construcciones significativas, incluso catalogadas en el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés, son:
- Bancales de Escartín y Otal
- Molino hidráulico de cereal de Ainielle, restaurado recientemente (http://www.sipca.es/censo/1-INM-HUE-002-059-019/Molino.html)
- Iglesia mozárabe de Otal (http://www.sipca.es/censo/1-INM-HUE-003-069-2/Iglesia/de/San/Miguel.html)
- Muros de piedra seca: construidos antaño por los propios pobladores de la zona, sirven de retención del terreno para la habilitación de caminos
- Bordas: construcciones de dos plantas que aprovechaban el desnivel del terreno para proporcionar acceso a ambos niveles. La planta inferior se destinaba al cobijo de animales, mientras en la superior se acumulaba heno y otros productos.
Dónde dormir en Sobrepuerto
La pernocta en autocaravana o camper no debería ser un problema gracias a los rincones y pueblos que se pueden encontrar en las carreteras perimetrales desde las que se accede a Sobrepuerto. También se puede hacer noche en un albergue ubicado en Cortillas, cuya llave se consigue en el Ayuntamiento de Yebra de Basa.
Si bien los mencionados pueblos, salvo Bergua, se encuentran deshabitados, en las inmediaciones (Sabiñánigo, Biescas, Broto y Fiscal) se dispone de todos los servicios básicos necesarios, incluyendo supermercado, correos, banco y alojamiento. Sabiñánigo y Biescas tienen además biblioteca. Durante el verano también se puede disfrutar de un bar y de un servicio de zumos naturales en la población de Bergua.
Consejos para visitarlo:
Es recomendable dejar el vehículo en la zona perimetral, en alguno de los diversos puntos de acceso que hay a lo largo de las carreteras que rodean Sobrepuerto, y acceder a pie o en bicicleta por cualquiera de los múltiples caminos y sendas que se pueden encontrar. Únicamente uno de los pueblos, Bergua, dispone de carretera asfaltada hasta su mismo núcleo. Los demás están comunicados mediante pistas forestales que en algunas zonas pueden no ser recomendables para vehículos no adecuados. En caso de querer entrar con vehículo propio, es preciso solicitar un permiso Yebra de Basa (en el momento de la visita se obtenía en el Bar El Rincón de Valero, se recomienda informarse).
Tomás
at 12:17 pmMe parece una propuesta para conocer España en autocarabana, os seguiré y en lo que pueda colaboraré con vosotros