«La Kucavana» nos enganchó el día que vimos en su Blog el reto que se habían marcado: «una visita a 182 micropueblos de Barcelona».
Pilar, Jose, Arnau y Anna, acompañados en viaje por el fiel pastor alemán Max. «Una familia 2+2+3 cuya meta es conseguir la mejor versión de ellos mismos».Y qué mejor forma que hacerlo viajando, ¿cierto Kucavana?.
Los micropueblos están presentes en nuestra vida profesional y en nuestros momentos de ocio, por ello nos cuesta mucho decidir solo uno… Dejadnos 4 va…
De proximidad a nuestro hogar os animamos a visitar y disfrutar del Montseny y sus grandes rutas.
Entre nuestros favoritos tenéis Arbolí para aquellos que disfrutan de hacer escalada.
Sant Llorenç de la Muga para los fans de l’Empordà y Uclés en Cuenca, con su buen vino y rincones maravillosos.
Yo, Pilar, nací en una caravana. Como buena hija de feriantes, no recuerdo otra vida que la nómada en caravana.
Jose, papi de la família, no nació en una furgo pero casi. Como hijo de transportista cogían la furgo los fines de semana y con un colchón y sonrisas de oreja a oreja montaban su campamento en la montaña un fin de semana tras otro.
Como familia, nuestra primera experiencia juntos fue en una California T4, que compramos con más de 20 años. Con la «Cali» disfrutamos muchísimo y nuestros hijos crecieron en ella, pasando de bebés a ser ya unos niños.
Sin duda Abba al completo y sobretodo con su «Dancing Queen«. ¡Imprescindible sin duda en la Kucavana!. Es la banda sonora de nuestra vida. Sonó hasta en nuestra boda improvisada. Sus canciones nos dan subidón y alegría, a la vez que hace desaparecer cualquier llanto o pelea en ruta entre hermanos. Es magia, suena Abba y todos a cantar y bailar, jejeje….
El del amor, la sonrisa y la pasión por todo lo que hacemos. Con amor y desde el amor lo solucionamos todo. La sonrisa ayuda sin duda muchísimo a cualquier cosa que nos proponemos. Y la pasión por lo que hacemos, hagamos lo que hagamos, hace la magia absoluta ¡ y al instante!
No podríamos pedir ninguno. Nada mejor de lo que tenemos. Sólo podemos dar gracias cada día al universo.
Aunque si tocara la lotería para viajar más y dejar de trabajar totalmente (nada de «traviajar» vamos)… hombre, ¡tampoco diríamos que no! jejeje.
No falta la tortilla de patatas, las ensaladas de todo tipo, el cus-cus con verduritas, las sopitas en invierno, el humus y la espcialidad de la casa de los domingos: la paellita (negra, mixta, de marisco, vegetariana, de setas, fideuà…). No hay paella o fideuà que se nos resista. Tuvimos muy buena maestra valenciana.
En primer lugar jugar. En segundo, pintar y hacer manualidades. Y en tercer lugar, alguna peli de dibujos puede caer al anochecer, eso si vamos bien de baterías.
Muchísimos y de todo tipo. Lo mejor es que jugamos, y mucho, con todos. Os dejamos nuestros preferidos:
Juegos para toda la familia incluida Anna (3 años): Piratatak, Piu-Piu, Bata Waf, Mikado y Dominó.
Juegos con los que jugamos con Arnau (6 años) y entre nosotros: Poker (sí sí… Arnau juega al Póker, ¡y nos gana!), Cuqui o apestado con la baraja española, Virus, Ajedrez, Othello, Abalone, Catan Junior y Hundir la flota.
Los peques, croissants untados con Nutella y los papis, un buen pan con tomate y buenos embutidos o quesos de la zona en la que estemos.
¿Vienen Paco y Pepe? Jejejeje, son sus amigos y vecinos, fijos y
nómadas, furgoneteros inseparables.
Pues quizás fue en un pueblo fantasma… Cerca de Bézier, en ruta hacia los Alpes, ya era de noche y teníamos que parar a cenar y dormir. No queríamos pernoctar en una gran ciudad y menos (ya sabemos que nunca lo debemos hacer) en la autopista. Por lo que decidimos mirar una APP. Vimos un sitio en un micropueblo francés que ni recuerdo el nombre.
Era debajo de un molino como los de la mancha y en mitad de la naturaleza, parecía chulo el sitio. Fuimos allí y el parking estaba con un par de coches con parejitas cariñosas que nos miraron muy mal…
Al lado de un cementerio, muy grande para lo que era el pueblo, vimos como 3 o 4 autocaravanas aparcadas y dijimos aquí hay compañeros…
Antes de dormir paseando al perro vimos que las autocaravanas estaban solo aparcadas, no había nadie.
En todo el pueblo no vimos tampoco absolutamente a nadie, nadie ni de noche ni de día…fue un sitio muy extraño de esos que dan repelús…
Un pueblo fantasma…
Todo el año. No hay fin de semana, puente o vacaciones, que no salga la Kucavana.
Toda época tiene su actividad, y así las disfrutamos. Hacemos de todo sin saber mucho de nada.
Esquiamos en cualquier modalidad, hacemos raquetas de nieve, escalamos, hacemos caminatas y picos, patinamos, hacemos rutas en bicicleta, nadamos en playas, ríos y gorgas, practicamos cualquier deporte o actividad sea de verano o de invierno ¡nos encanta aprender, probar y experimentar!. De ahí que nos guste tanto viajar!